Artículos de investigación
Los pacientes con diabetes de tipo I o II tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares (ECV), como la cardiopatía coronaria (CC). Las cardiopatías son especialmente frecuentes en pacientes con diabetes mal controlada. De hecho, la cardiopatía coronaria es la principal causa de muerte en pacientes diabéticos, y representa alrededor del 80% del total de fallecimientos.
Aparte de las enfermedades cardiovasculares (por ejemplo, infartos de miocardio), los pacientes diabéticos también corren un mayor riesgo de desarrollar hipertensión (tensión arterial alta), accidentes cerebrovasculares y problemas vasculares (como mala circulación). Al igual que la diabetes, las enfermedades cardiovasculares pueden ser asintomáticas. Por eso, a menudo pasan desapercibidas. Según un informe de 2017 publicado por Diabetes UK, los hombres de mediana edad que padecen diabetes tienen cinco veces más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Las pacientes diabéticas, por su parte, tienen ocho veces más probabilidades de sufrir una ECV. Además, más de la mitad de los pacientes que padecen diabetes de tipo II muestran signos de complicaciones cardiovasculares durante el diagnóstico. Muchas personas tienen la idea errónea de que las cardiopatías sólo afectan a los ancianos. En realidad, incluso los pacientes diabéticos menores de 30 años pueden padecer enfermedades cardiovasculares. Tanto diabetes de tipo I y II puede aumentar el riesgo de desarrollar afecciones cardiacas.
Factores de riesgo
Se cree que hiperglucemia (que caracteriza a la diabetes) junto con otros factores de riesgo, como los ácidos grasos libres en la sangre, pueden alterar la composición de los vasos sanguíneos. Esto aumenta significativamente el riesgo de ECV. Al mismo tiempo, puede aumentar el grosor del revestimiento de los vasos sanguíneos, lo que dificulta el flujo sanguíneo. En general, los diabéticos son más propensos a sufrir problemas cardiacos y accidentes cerebrovasculares.
Síntomas de enfermedad cardiovascular
Las enfermedades cardiovasculares suelen caracterizarse por síntomas como hinchazón de tobillos, latidos irregulares, falta de aire y dolor torácico. Para diagnosticar una enfermedad cardiovascular, los pacientes deben someterse a un electrocardiograma (ECG). La angina (o dolor torácico) es uno de los principales síntomas de la cardiopatía coronaria. Existen dos formas principales de angina: angina estable y angina inestable. La angina estable puede causar un dolor transitorio en el pecho (por ejemplo, un dolor intenso, sordo u opresivo) que dura varios minutos. El dolor suele desencadenarse por factores como el frío, el estrés o la actividad física. Los pacientes deben acudir al médico de inmediato si experimentan signos de angina estable.
Si el síntoma persiste durante más de cinco minutos (o se produce en ausencia de factores desencadenantes), el paciente puede padecer una angina inestable. Busque ayuda médica urgente en caso de sospecha de angina inestable. En cambio, los infartos suelen ser el resultado de un coágulo que impide el riego sanguíneo al corazón. Algunos de los principales síntomas de los infartos son opresión en el pecho, tos, falta de aire o dolor intenso en el centro del pecho. En ocasiones, los pacientes también pueden experimentar ansiedad.
Reducir el riesgo
Es posible reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares mediante modificaciones del estilo de vida, como cambios en la dieta y ejercicio. Al mismo tiempo, se sabe que dejar de fumar reduce el riesgo de desarrollar ECV en las personas diabéticas. Los pacientes diabéticos también deben limitar su consumo de alcohol para prevenir las afecciones cardiacas. Los pacientes deben diseñar el plan de prevención basándose en el consejo médico. Como medida de precaución, se aconseja a los diabéticos que comprueben su tensión arterial y su nivel de colesterol al menos una vez al año. Y lo que es más importante, los pacientes deben mantener controlados sus niveles de glucosa en sangre. Esto es esencial tanto en el tratamiento de la diabetes como en la prevención de las ECV. Las investigaciones han demostrado que una reducción de 1% de la HbA1c puede disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular hasta en 16% en pacientes con diabetes de tipo II.
Además, las intervenciones farmacológicas pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. Esto incluye medicamentos como la aspirina a dosis bajas, las estatinas, los antagonistas del calcio y los inhibidores de la ECA (enzima convertidora de angiotensina).
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