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Uso de la metformina durante el embarazo: Lo que hay que saber

A Reena le diagnosticaron diabetes gestacional a las 22 semanas de embarazo y al principio la controló con cambios en su dieta. A pesar de estar atenta a sus elecciones alimentarias, sus niveles de azúcar en sangre fueron cada vez más difíciles de controlar a medida que avanzaba el embarazo, lo que le planteó problemas físicos y emocionales que afectaron a su estado de ánimo y a su bienestar general. La posibilidad de necesitar más medicación o insulina durante el embarazo preocupaba a Reena porque podía llevar a un parto más medicalizado, algo que quería evitar.

Para aliviar sus problemas con la diabetes gestacional, el equipo médico de Reena le recetó metformina, un medicamento conocido por su eficacia para controlar los niveles de azúcar en sangre. La metformina le proporcionó más flexibilidad en sus elecciones dietéticas, permitiéndole disfrutar de una mayor variedad de alimentos mientras mantenía estables sus niveles de azúcar en sangre. Este medicamento también mejoró su estado de ánimo y sus niveles de energía, haciendo que su embarazo fuera más llevadero.

La historia de Reena pone de relieve la eficacia de la metformina en el embarazo. En los últimos años, este medicamento ha ganado atención como posible opción terapéutica para las embarazadas con diabetes gestacional y otras afecciones metabólicas. Este artículo explora los detalles críticos del uso de Metformina durante el embarazo, arrojando luz sobre su impacto potencial en la salud materna y fetal.

¿Qué es la metformina?

La metformina es un medicamento de venta con receta que trata la diabetes mellitus de tipo 2. Pertenece a una clase de fármacos conocidos como biguanidas. Pertenece a una clase de fármacos conocidos como biguanidas y reduce los niveles de azúcar en sangre en pacientes con diabetes de tipo 2. La metformina suele tomarse por vía oral en forma de comprimidos o líquido y suele ser el tratamiento de primera línea para la diabetes de tipo 2, sobre todo en personas obesas o con sobrepeso. Puede utilizarse sola o con otros medicamentos para la diabetes, como la insulina. Su uso principal y mejor establecido es el control de la diabetes, pero algunos profesionales sanitarios pueden prescribir Metformina para otras afecciones, como el síndrome de ovario poliquístico (SOP) y, en algunos casos, para el control del peso.

¿Cómo actúa la Metformina durante el embarazo?

La metformina puede ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre en mujeres embarazadas con diabetes gestacional. Los médicos a veces la recetan durante el embarazo, y su mecanismo de acción es similar al que tiene en personas no embarazadas, pero el profesional sanitario debe vigilar cuidadosamente su uso y efectos. He aquí un resumen de cómo actúa la metformina durante el embarazo:

  • Control de la diabetes gestacional: La diabetes gestacional se desarrolla durante el embarazo debido a niveles elevados de azúcar en sangre, y la Metformina puede ayudar a controlar estos niveles en mujeres embarazadas con diabetes gestacional.
  • Mejora de la sensibilidad a la insulina: La metformina mejora la sensibilidad a la insulina de las células del organismo, haciéndolas responder más eficazmente a la insulina. La resistencia del organismo a la insulina aumenta de forma natural durante el embarazo debido a los cambios hormonales, y la metformina puede ayudar a contrarrestar esta resistencia, permitiendo que la insulina actúe de forma más eficaz en la reducción de los niveles de azúcar en sangre.
  • Reducción de la producción excesiva de glucosa: La metformina puede reducir la producción excesiva de glucosa por el hígado, un problema frecuente en las personas con diabetes gestacional. Al limitar la producción hepática de glucosa, la metformina ayuda a prevenir los picos de azúcar en sangre, sobre todo después de las comidas.
  • Control del peso: La metformina también puede ayudar a controlar el peso durante el embarazo, algo esencial para la salud materna y fetal. Algunas mujeres con SOP, a menudo tratadas con Metformina, pueden ser más susceptibles de padecer diabetes gestacional durante el embarazo, y controlar el peso puede ser una forma de mitigar este riesgo.

Seguridad y eficacia de la metformina en el embarazo

Un estudio realizado en 2018 exploró el uso de Metformina en el contexto de la diabetes gestacional (DMG) y su impacto en los resultados del embarazo. Estos son los principales hallazgos:

  • Clasificación de la diabetes gestacional: Los profesionales médicos han intentado distinguir entre las mujeres que desarrollan diabetes manifiesta, la diabetes preexistente reconocida por primera vez durante el embarazo y la diabetes gestacional vinculada a la resistencia a la insulina inducida por el embarazo. Clasifican la diabetes durante el embarazo como pregestacional (diabetes existente antes del embarazo) o gestacional (que se desarrolla durante el embarazo).
  • Prevalencia de la diabetes gestacional: La prevalencia de la diabetes gestacional (DMG) está aumentando en todo el mundo debido a la edad materna y al incremento de las tasas de obesidad. La variación de los criterios diagnósticos entre países dificulta la comparación de las tasas de prevalencia.
  • Evidencias de los ensayos con metformina: El estudio extrae pruebas de ensayos controlados aleatorizados y estudios observacionales de casos y controles, centrándose en el ensayo Metformin in Gestational Diabetes (MiG).
  • MiG Trial: Los investigadores asignaron aleatoriamente a las embarazadas con DMG a recibir Metformina o insulina. Aunque una proporción significativa de mujeres del grupo de la metformina necesitó insulina suplementaria, el resultado primario -un conjunto de complicaciones neonatales- no mostró diferencias significativas entre los dos grupos de tratamiento.
  • Aumento de peso materno: Las mujeres que recibieron Metformina ganaron menos peso durante el embarazo que las que recibieron insulina. Otros resultados secundarios, como el peso al nacer y las medidas neonatales, fueron similares entre los grupos de Metformina e insulina.
  • Aceptabilidad del paciente: La metformina tuvo una mayor aceptabilidad por parte de las pacientes, y muchas mujeres expresaron su preferencia por ella en embarazos posteriores.
  • Estudios de casos y controles: Otros estudios observacionales de casos y controles respaldaron los beneficios de la metformina, como el menor aumento de peso materno, la reducción de la morbilidad neonatal y la ausencia de diferencias significativas en la incidencia de bebés grandes.
  • Comparaciones con otros tratamientos: La metformina mostró ventajas en cuanto a los niveles de glucosa posprandial (tras las comidas) en algunos estudios. No aumentó el riesgo de parto prematuro ni de cesárea, pero se asoció a menores riesgos de bebés grandes, hipoglucemia neonatal, ingreso en unidades de cuidados intensivos neonatales y reducción de las tasas de hipertensión inducida por el embarazo.
  • Instrucción NICE: El National Institute for Health and Care Excellence (NICE) recomienda ofrecer Metformina a las mujeres con diabetes gestacional si no alcanzan los objetivos de glucemia mediante modificaciones de la dieta y el ejercicio en una o dos semanas. La insulina es una alternativa si la metformina está contraindicada o es inaceptable para la mujer.

Cuando se utiliza bajo la supervisión de un profesional sanitario, la metformina puede controlar de forma segura y eficaz la diabetes gestacional y otras enfermedades metabólicas específicas durante el embarazo. Es esencial basar la decisión de utilizar Metformina en una evaluación exhaustiva de la situación médica de la persona y controlar su uso durante todo el embarazo para garantizar el mejor resultado posible tanto para la madre como para el bebé.

Recomendación del médico

En el pasado, la insulina era la única forma aceptable de tratar la diabetes durante el embarazo. Sin embargo, desde entonces muchos médicos sospechan que la metformina también es segura y eficaz. Realizar ensayos clínicos en mujeres embarazadas es extremadamente difícil, pero si el centro sanitario de la paciente está abierto a utilizar metformina en lugar de insulina, sería preferible, sobre todo en pacientes con obesidad preexistente. La administración de insulina suele provocar un importante aumento de peso.

También es importante señalar que unos niveles de glucosa en sangre ligeramente superiores pueden ser aceptables durante el embarazo porque el lactógeno placentario humano provoca cierto grado de resistencia a la insulina, lo que permite que el bebé obtenga la glucosa antes que la madre. Por lo tanto, puede que no sea necesario un control estricto de la glucosa. Algunas organizaciones, como NICE y SMFM, consideran de hecho la metformina como tratamiento de primera línea.

Por lo tanto, si a una paciente embarazada con un IMC superior a 30 se le deniega el tratamiento con metformina, debería plantearse buscar una segunda opinión de otros profesionales sanitarios.

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