La función principal de la insulina es ayudar a las células a absorber la glucosa, garantizando que dispongan de la energía necesaria para funcionar correctamente. Sin embargo, las alteraciones en la producción de insulina pueden elevar los niveles de azúcar en sangre en la diabetes.

Esta cuestión se vuelve más crítica cuando observamos el impacto generalizado de la diabetes en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, unos 422 millones de personas padecen diabetes. Sorprendentemente, la diabetes contribuye directamente a 1,5 millones de muertes al año. 

Un buen conocimiento de la insulina desempeña un papel crucial en navegar por la diabetes.

Por eso le presentamos los distintos tipos de insulina y sus especificaciones. 

Tipos de insulina

Cada categoría de insulina tiene una finalidad única y responde a diferentes necesidades de control de la glucemia. He aquí una explicación detallada de cada tipo:

Insulina de acción rápida

La insulina de acción rápida, como lispro o aspart, está diseñada para actuar con rapidez. Administrada justo antes de las comidas, imita la respuesta natural del organismo a la ingesta de alimentos, controlando los picos de azúcar en sangre tras las comidas. Su inicio suele producirse en 15 minutos, lo que la convierte en una valiosa herramienta para controlar las necesidades inmediatas de glucosa.

Ejemplos de insulina de acción rápida son NovoLog (insulina aspart), Humalog (insulina lispro) y Apidra (insulina glulisina). NovoLog se absorbe rápidamente, mientras que Humalog tiene un inicio rápido. Asimismo, Apidra se adapta a personas con distintas necesidades alimentarias, proporcionando flexibilidad.

Insulina de acción corta

La insulina de acción corta tiene un inicio ligeramente retardado en comparación con su homóloga de acción rápida. Ayuda a cubrir las comidas y los tentempiés y controla los niveles de glucosa durante la ingesta de alimentos. Administrada aproximadamente 30 minutos antes de las comidas, controla los picos de azúcar en sangre después de las comidas.

Los productos más populares de esta categoría son Humulin R y Novolin R. 

Insulina de acción intermedia

La insulina de acción intermedia, como la insulina NPH, actúa durante más tiempo que sus homólogas de acción rápida o corta. Es un instrumento valioso para regular los niveles de azúcar en sangre durante los intervalos de las comidas y a lo largo de la noche.

Marcas como Humulin N y Novolin N son ejemplos de insulina de acción intermedia. 

Insulina de acción prolongada

La insulina de acción prolongada, que incluye la insulina glargina y la insulina detemir, asume el papel de insulina basal. Administrada una o dos veces al día, proporciona una liberación constante de insulina durante un periodo prolongado, estableciendo un nivel basal de insulina entre las comidas y durante la noche. Esta acción favorece el control de la glucosa de fondo.

Algunos ejemplos notables son Lantus (insulina glargina), Levemir (insulina detemir) y Toujeo (una forma concentrada de insulina glargina). 

Insulina premezclada

La insulina premezclada combina insulina de acción rápida o corta con insulina de acción intermedia en una sola formulación. Esta combinación cumple el doble objetivo de controlar la glucemia de forma inmediata y a largo plazo. La insulina premezclada simplifica la dosificación para quienes se benefician de un enfoque combinado. 

Entre las marcas más comunes de esta categoría se encuentran Humalog Mix y NovoLog Mix, que ofrecen opciones a las personas que buscan un equilibrio entre flexibilidad y simplicidad en su régimen de insulina.

Es importante tener en cuenta que, aunque los médicos prescriban un calendario concreto de administración de insulina, determinadas situaciones pueden requerir un ajuste de las dosis. 

Factores que influyen en las necesidades de insulina y los ajustes de dosis

La navegación por las necesidades de insulina es como afinar una sinfonía personalizada para el control de la diabetes. Aquí exploraremos los factores únicos que influyen en la cantidad de insulina que puede necesitar una persona y qué factores pueden contribuir a ajustar la dosis:

Peso corporal

En la diabetes, el peso corporal influye en las necesidades de insulina. Un peso más elevado puede requerir más insulina, y los cambios en el peso corporal pueden exigir un ajuste de la dosis. 

Consideraciones dietéticas

Los tipos de alimentos, su composición y el horario de las comidas influyen significativamente en los niveles de glucosa en sangre. Comprender estos factores dietéticos es crucial para diseñar un enfoque práctico y personalizado del control de la insulina. El ajuste de las dosis de insulina suele coincidir con determinadas elecciones nutricionales.

Actividad física

El ejercicio regular mejora la sensibilidad a la insulina, reduciendo la necesidad de insulina. Sin embargo, el tipo y la intensidad de la actividad física pueden influir en el tipo y la dosis de insulina. 

Estrés y enfermedad

Los periodos estresantes desencadenan respuestas fisiológicas, como el aumento de los niveles de cortisol, que provocan resistencia a la insulina y picos de azúcar en sangre. Es necesario ajustar las dosis de insulina para hacer frente a esta situación. Del mismo modo, la fiebre y la diarrea también pueden alterar los niveles de glucosa en sangre, lo que requiere una revisión de la dosis.

Gestión y almacenamiento de las inyecciones de insulina

La administración y el almacenamiento adecuados de la insulina son aspectos cruciales para un control eficaz de la diabetes. Esta sección ofrece una guía detallada para optimizar las inyecciones de insulina y garantizar la integridad de la insulina almacenada.

Pautas para la inyección subcutánea

El método más habitual de administración de insulina es la inyección "bajo la piel". Utilizar la técnica adecuada garantiza una absorción óptima y las mínimas molestias. 

  1. Elija una jeringa de insulina con una aguja de longitud y calibre adecuados. 
  2. Identifique el lugar de la inyección, normalmente en el tejido adiposo situado bajo la piel. Los puntos de inyección habituales son el abdomen, los muslos y la parte superior de los brazos. 
  3. Antes de inyectarse, limpie el lugar de la inyección con una torunda con alcohol para prevenir el riesgo de infección. Deje que la zona se seque completamente antes de insertar la aguja.
  4. Pellizque ligeramente la piel para crear un pliegue subcutáneo e inserte suavemente la aguja en el tejido.
  5. Administre la insulina a un ritmo lento y constante para mejorar la absorción. Las inyecciones rápidas pueden causar molestias y comprometer las tasas de absorción.
  6. Después de inyectar, suelte suavemente el pliegue cutáneo y retire la aguja en el mismo ángulo. Evite masajear el lugar de la inyección, ya que esto puede afectar a la absorción de la insulina.
  7. Rote los puntos de inyección dentro de la región elegida para evitar el desarrollo de lipohipertrofia. Una rotación sistemática garantiza una absorción uniforme y reduce el riesgo de complicaciones con el tiempo.

Almacenamiento

Un almacenamiento adecuado mantiene la eficacia de la insulina. Siga estas pautas esenciales para garantizar la seguridad de su suministro de insulina:

  1. Conserve la insulina en un lugar fresco. Evite la congelación, el calor extremo y la luz solar directa. La insulina expuesta a temperaturas extremas puede perder potencia. Mantenga la insulina alejada de radiadores, calefactores e interiores de coches con calefacción.
  2. Anote la fecha de caducidad en el envase de la insulina. Consulte las recomendaciones del fabricante para conocer su caducidad específica. 
  3. La insulina es sensible a la luz. Conserve el vial en su envase original o en un recipiente de color oscuro para mantener su estabilidad y eficacia.
  4. Si un producto específico de insulina requiere refrigeración, guárdelo en el frigorífico. Sin embargo, evite colocar la insulina directamente en el congelador, ya que la congelación puede dañar la calidad de la insulina. Antes de utilizarla, deje que la insulina refrigerada alcance la temperatura ambiente para evitar molestias durante la inyección.
  5. A menos que el fabricante especifique lo contrario, puede conservar las plumas o viales de insulina a temperatura ambiente hasta 28 días. 
  6. Las temperaturas bajo cero pueden hacer que la insulina pierda su eficacia. Si observa signos de congelación, como la formación de cristales, no la utilice. 
  7. Cuando viaje, utilice una bolsa isotérmica con una compresa fría. Asegúrese de que la insulina está a salvo de temperaturas extremas durante el transporte.

Lo más importante

Explorar los distintos tipos de insulina y sus mecanismos sienta las bases para tomar decisiones informadas en el control de la diabetes. Los factores que influyen en las necesidades de insulina, los ajustes de dosis y los consejos de almacenamiento contribuyen a un enfoque holístico del control de la diabetes. 

¿En qué se diferencia hoy el uso de la insulina del de hace varios años?

El uso de la insulina ha evolucionado considerablemente en los últimos años. Las fórmulas modernas de insulina ofrecen opciones mejoradas, como los análogos de acción rápida y prolongada, que proporcionan un control más preciso de los niveles de azúcar en sangre. Los avances tecnológicos, como las bombas de insulina y los sistemas de monitorización continua de la glucosa, permiten una mejor personalización y administración, ofreciendo a los diabéticos una mayor flexibilidad en el control de su enfermedad. Además, el desarrollo de métodos de administración más cómodos, como bolígrafos y agujas más pequeñas, ha aumentado la facilidad y comodidad generales del tratamiento con insulina, mejorando la calidad de vida de los diabéticos.