He aquí otro avance en el mundo de la investigación sobre la diabetes, y éste se refiere al tan esperado páncreas artificial. Investigadores del Instituto Wellcome-MRC de Ciencias Metabólicas de la Universidad de Cambridge desarrollaron un sistema de páncreas artificial que es un dispositivo compuesto por un monitor continuo de glucosa (MCG), un programa que calcula cuánta insulina se necesita (algoritmo de control) y una bomba de infusión de insulina.
¿Cómo funciona este sistema? Actúa como el verdadero páncreas del cuerpo. Controla constantemente los niveles de azúcar en sangre y libera la insulina necesaria cuando el nivel de azúcar en sangre aumenta demasiado.
Prueba con éxito del páncreas artificial en pacientes con diabetes de tipo 2
Un páncreas artificial está diseñado específicamente para su uso en diabetes tipo 1 pacientes. Sin embargo, los recientes avances en el campo del tratamiento permitieron el uso de este dispositivo para diabetes tipo 2 los pacientes también
Los científicos utilizaron un dispositivo alimentado por un algoritmo desarrollado en la Universidad. El dispositivo consiguió acelerar el tiempo necesario para estabilizar los niveles de glucosa en sangre de los pacientes. En comparación con el tratamiento estándar, este último dispositivo redujo a la mitad el tiempo empleado para estabilizar la niveles de glucosa en sangre.
¿Cómo funcionaron el dispositivo y el ensayo?
El dispositivo consistía en un monitor de glucosa comercial, una bomba de insulina y la aplicación CamAPS HX. La aplicación funciona de forma similar a cualquier tratamiento estándar que predice la cantidad de insulina necesaria para ayudar a que los niveles de azúcar en sangre alcancen un rango saludable.
Durante el ensayo, los científicos e investigadores reclutaron a 26 pacientes para participar en el estudio. Estos pacientes procedían de la Clínica Wolfson de Diabetes y Endocrinología del Hospital Addenbrooke de Cambridge. En el reclutamiento también participó un grupo local de consultas de medicina general.
Dividieron a los pacientes en dos grupos. El primero utilizó el páncreas artificial y el segundo, el tratamiento convencional. Al primer grupo se le administró un páncreas artificial durante ocho semanas. Después, cambiaron a la terapia estándar con múltiples inyecciones de insulina. El segundo grupo siguió la terapia estándar y cambió al páncreas artificial al cabo de ocho semanas.
Para evaluar la eficacia del páncreas artificial, el equipo de científicos utilizó varias medidas. La primera medida se refería al tiempo que los pacientes pasaban con sus niveles de azúcar en sangre dentro de un espectro objetivo de entre 3,9 y 10 milimoles por litro. El primer grupo que utilizó el páncreas artificial pasó 66% o dos tercios de su tiempo dentro de los niveles objetivo, lo que suponía el doble del tiempo (que fue de 32%) que pasó el segundo grupo que utilizó el tratamiento estándar.
La segunda medida estudió el tiempo dedicado al nivel de glucosa. El grupo convencional (grupo 2) dedicó 67% de su tiempo a los niveles altos de glucosa, mientras que el grupo 1 sólo le dedicó 33%.
La investigación descubrió que, mientras se tomaba páncreas artificial, los niveles medios de glucosa descendían de 12,6 mmol/L a 9,2 mmol/L.
Durante el estudio, no se registró ningún caso de pacientes con niveles de glucosa en sangre peligrosamente bajos.
En un comunicado de prensa, la Dra. Charlotte Boughton, del Instituto de Ciencias Metabólicas Wellcome-MRC de la Universidad de Cambridge, declaró: "Muchas personas con diabetes de tipo 2 tienen dificultades para controlar sus niveles de azúcar en sangre con los tratamientos disponibles actualmente, como las inyecciones de insulina. El páncreas artificial puede proporcionar un enfoque seguro y eficaz para ayudarles, y la tecnología es fácil de usar y se puede implementar de forma segura en casa."
La Dra. Aideen Daly, también del Instituto de Ciencias Metabólicas Wellcome-MRC, añadió: "Uno de los obstáculos para el uso generalizado de la insulinoterapia ha sido la preocupación por el riesgo de "hipos" graves, es decir, niveles de azúcar en sangre peligrosamente bajos. Sin embargo, en nuestro ensayo, ningún paciente los experimentó, y los pacientes pasaron muy poco tiempo con niveles de azúcar en sangre por debajo de los niveles objetivo."