El trasplante de páncreas es un tipo de intervención quirúrgica en la que se recibe el páncreas sano de un donante. Es una opción para algunas personas con diabetes tipo 1. Esta cirugía de sustitución tiene lugar cuando el páncreas empieza a funcionar mal y deja de producir insulina.
Necesitamos insulina para controlar nuestros niveles de glucosa en sangre. Dado que esta es una limitación en las personas con diabetes tipo 1Las inyecciones de insulina llenan ese vacío. El trasplante de páncreas mejora la calidad de vida de las personas que padecen la enfermedad al eliminar las posibilidades de un tratamiento prolongado con insulina.
¿Quién necesita el trasplante?
Los pacientes susceptibles de recibir un trasplante de páncreas son esencialmente personas que viven con el tipo 1. Sin embargo, si los tratamientos con insulina pueden controlar la enfermedad, ésta no debe llegar a la fase de cirugía. En cambio, si surgen complicaciones graves de salud debido a la diabetes, el profesional sanitario recomendará el trasplante de páncreas.
Ventajas de un trasplante de páncreas
- Elimina el tratamiento adicional con insulina o medicación
- Disminuye el control diario de la glucemia
- Reduce las restricciones dietéticas
- Previene la hipoglucemia y la hiperglucemia
¿Cuáles son los riesgos?
Las infecciones son frecuentes después de una intervención quirúrgica. El trasplante de páncreas no es una excepción. Si el paciente contrae resfriados y gripe tras el trasplante, los medicamentos orales le proporcionan atención médica inmediata.
Además de la infección, también puede producirse un rechazo del órgano. Esta afección se produce cuando el sistema inmunitario del cuerpo identifica el nuevo órgano como un objeto extraño. Para reducirlo, el profesional sanitario analizará el tejido y el grupo sanguíneo del donante del órgano. Si el resultado es positivo, puede ser necesaria una segunda intervención quirúrgica. Sin embargo, este procedimiento suele realizarse antes del trasplante.
Para llevar
El trasplante de páncreas puede llevar mucho tiempo. A veces, pueden pasar años, dependiendo de la disponibilidad de un páncreas sano. Por eso, los profesionales sanitarios recomiendan a las personas que continúen con su tratamiento hasta que la situación sea favorable para la intervención quirúrgica.
Tras una operación exitosa, la persona con un nuevo páncreas necesita someterse a pruebas y revisiones a lo largo de los años. Así se garantizará el buen funcionamiento del órgano trasplantado. Por último, las revisiones periódicas con el profesional sanitario ayudarán a controlar bien la enfermedad y a prevenir la aparición de otras complicaciones.