La enfermedad de Alzheimer es una dolencia cerebral crónica que progresa con el tiempo, provocando un declive constante de las capacidades cognitivas y la función de la memoria. Es la forma más común de demencia, representan entre el 60 y el 80% de los casos de demencia. La enfermedad altera el funcionamiento normal del cerebro, afectando a la memoria, el pensamiento y el comportamiento. 

En la enfermedad de Alzheimer, se acumulan en el cerebro depósitos anormales de proteínas, como las placas de beta amiloide y los ovillos de tau. Estos depósitos interfieren en el funcionamiento y la comunicación de las neuronas y, en última instancia, provocan la muerte de las células cerebrales. La enfermedad de Alzheimer afecta principalmente a las personas mayores, pero también pueden aparecer formas tempranas en personas menores de 65 años.

A partir de 2024, aproximadamente 6,9 millones de estadounidenses mayores de 65 años se enfrentan a la enfermedad de Alzheimer. A escala mundial, un Se calcula que 55 millones de personas se ven afectadas por la demencia, siendo el Alzheimer la forma más común.

Comprender la progresión del Alzheimer puede ser crucial para que pacientes, familiares y cuidadores planifiquen y proporcionen los cuidados adecuados. A continuación se ofrece un breve resumen de las siete etapas de la enfermedad de Alzheimer, que describen la progresión típica desde las etapas iniciales hasta las finales.

Fase 1: Sin deterioro cognitivo

En esta fase inicial, las personas no muestran síntomas perceptibles de la enfermedad de Alzheimer. Sus capacidades cognitivas y su memoria permanecen intactas. A menudo denominada fase "preclínica", esta etapa puede durar muchos años, y los cambios en el cerebro están presentes pero aún no son evidentes en la vida cotidiana. Las personas que se encuentran en esta fase siguen siendo capaces de realizar todas sus actividades cotidianas sin ningún impacto perceptible.

Fase 2: Deterioro cognitivo muy leve

Durante esta etapa, las personas pueden empezar a experimentar pequeños lapsus de memoria o dificultades cognitivas leves. Los signos más comunes son el olvido de palabras familiares o de la ubicación de objetos. Estos cambios suelen atribuirse al envejecimiento normal. Los amigos y la familia pueden notar pequeños cambios, pero por lo general no afectan a la capacidad de la persona para funcionar de forma independiente. Las personas pueden seguir manejando sus rutinas y responsabilidades con un trastorno mínimo.

Fase 3: Deterioro cognitivo leve

La fase 3 implica un deterioro cognitivo más notable, distinguiéndose demencia frente a Alzheimer enfermedad. Las personas pueden tener dificultades para realizar tareas como organizar o planificar, así como para encontrar palabras o nombres. Pueden aparecer problemas de memoria, como el olvido de acontecimientos o citas recientes. Las evaluaciones cognitivas pueden detectar estos problemas, aunque siguen siendo relativamente leves. Las personas pueden necesitar ayuda para realizar tareas complejas y darse cuenta de sus fallos de memoria. Esta etapa pone de relieve la naturaleza progresiva del Alzheimer dentro del espectro más amplio de la demencia. 

Fase 4: Deterioro cognitivo moderado

En la fase 4, los síntomas se acentúan. Las personas pueden tener dificultades para realizar tareas complejas, como llevar las finanzas o planificar actividades sociales. Pueden experimentar pérdidas de memoria significativas, como el olvido de la historia personal o de acontecimientos importantes de la vida. En esta fase, la enfermedad de Alzheimer suele ser más evidente para los demás, incluidos los familiares y los profesionales sanitarios. Es posible que necesiten ayuda con las tareas, rutinas y actividades cotidianas, y que tengan dificultades para organizar sus rutinas diarias.

Estadio 5: Deterioro cognitivo moderadamente grave

En este punto, los individuos experimentan más deterioro cognitivo grave. Pueden necesitar ayuda para las actividades cotidianas, como vestirse o la higiene personal, debido a una importante pérdida de memoria y confusión. Pueden tener dificultades para reconocer a las personas y recordar su dirección o número de teléfono. Aunque pueden recordar algunos detalles de su pasado y de sus familiares, su capacidad para vivir de forma independiente está muy mermada. Es posible que necesiten un apoyo y una supervisión más estructurados para gestionar eficazmente sus necesidades cotidianas.

Estadio 6: Deterioro cognitivo grave

El estadio 6 se caracteriza por un deterioro cognitivo grave y una pérdida significativa de memoria. Las personas pueden perder la conciencia de su entorno y tener dificultades para reconocer incluso a familiares cercanos. Cambios en el comportamiento y la personalidad, como delirios, alucinaciones o paranoiapuede ocurrir. Se hace necesaria la ayuda con las necesidades básicas, como comer e ir al baño. La capacidad de comunicación disminuye y las personas pueden tener problemas para hablar o entender a los demás. El nivel de cuidados requeridos aumenta significativamente a medida que las personas necesitan ayuda con casi todos los aspectos de la vida diaria.

Estadio 7: Deterioro cognitivo muy grave

En la fase final, la enfermedad de Alzheimer alcanza su forma más avanzada. Las personas pierden la capacidad de responder a su entorno y pueden llegar a no hablar. Necesitan ayuda a tiempo completo para todas las actividades cotidianas y pueden experimentar un deterioro físico significativo, incluidas dificultades de movilidad. Las capacidades cognitivas se pierden casi por completo y las personas pueden necesitar ayuda con las funciones corporales básicas. Esta etapa suele caracterizarse por un profundo deterioro físico y cognitivo, que requiere cuidado y supervisión constantes para garantizar la comodidad y la seguridad.

Comprender las siete etapas de la enfermedad de Alzheimer proporciona un marco para reconocer la progresión de los síntomas y planificar los cuidados adecuados. El diagnóstico y la intervención tempranos pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Para los cuidadores y familiares, conocer estas etapas puede ayudar a proporcionar un apoyo compasivo y eficaz a lo largo de la enfermedad de Alzheimer.

Preguntas más frecuentes (FAQ)

¿Cuál es la diferencia entre la enfermedad de Alzheimer y la demencia?

La enfermedad de Alzheimer es una forma particular de demencia que representa el 60-80% de los casos de demencia. La demencia es un término general para referirse a un deterioro significativo de la capacidad cognitiva lo suficientemente grave como para afectar a las actividades de la vida diaria, e incluye diversos trastornos como la enfermedad de Alzheimer, la demencia vascular y la demencia por cuerpos de Lewy.

¿Cómo puedo saber si alguien se encuentra en las primeras fases de la enfermedad de Alzheimer?

En las primeras fases, los síntomas pueden incluir lapsus leves de memoria, dificultad para encontrar palabras o problemas para organizar tareas. Estos cambios son sutiles y pueden asociarse al envejecimiento normal, pero las evaluaciones cognitivas pueden ayudar a identificar estos primeros signos con mayor precisión.

¿Existe cura para la enfermedad de Alzheimer?

A día de hoy, la enfermedad de Alzheimer no tiene cura. Sin embargo, existen tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas y retrasar potencialmente la progresión de la enfermedad. Se están realizando estudios para encontrar tratamientos eficaces y, en última instancia, una cura.

¿Cuáles son los síntomas más comunes de la enfermedad de Alzheimer en las fases avanzadas?

En las últimas fases, los síntomas se agravan e incluyen una pérdida significativa de memoria, confusión sobre el entorno, dificultad para reconocer a los seres queridos, cambios en el comportamiento como delirios o paranoia, y necesidad de ayuda para las actividades básicas de la vida diaria.

¿Cómo pueden los cuidadores apoyar a un enfermo de Alzheimer?

Los cuidadores pueden ayudar a las personas con Alzheimer proporcionándoles un entorno seguro y estructurado, ayudándoles con las actividades diarias, ofreciéndoles apoyo emocional y garantizándoles una atención médica regular. También es importante que los cuidadores busquen apoyo para sí mismos a fin de gestionar el estrés asociado al cuidado.