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Por qué el uso no autorizado de Ozempic no es el verdadero problema: precios y acceso a los medicamentos

Ozempicdiseñado originalmente para gestionar diabetes tipo 2ha ganado una gran popularidad para la pérdida de peso. Aunque su uso no contemplado en la etiqueta ha suscitado un acalorado debate, el problema más profundo radica en las estrategias de fijación de precios de las farmacéuticas y no en la demanda de usos alternativos impulsada por los pacientes. Si nos centramos en las flagrantes disparidades de precios, podremos descubrir los verdaderos problemas de asequibilidad y accesibilidad del Ozempic.

La cruda realidad de los precios del Ozempic

Un examen más detallado revela una diferencia significativa entre el coste de fabricación Ozempic y su precio de mercado, sobre todo en Estados Unidos:

  • Costes de fabricación: Los estudios estiman que producir un suministro de Ozempic para un mes cuesta entre 1.000 y 1.000 millones de euros. $0,89 y $4,73¹.
  • Precio en el mercado estadounidense: A pesar de su bajo coste de producción, el precio de catálogo en EE.UU. es de aproximadamente 1,5 millones de euros. $936 para un mes².
  • Comparaciones internacionales:
    • Japón: $169
    • Reino Unido: $93
    • Australia: $87
    • Francia: $83²

Estas cifras ilustran que los consumidores estadounidenses están pagando hasta 1.000 millones de euros al año. 10 veces más que los pacientes de otros países desarrollados por el mismo medicamento.

Consideraciones éticas del uso no indicado en la etiqueta

Dadas estas asombrosas diferencias de precio, es importante considerar las implicaciones éticas del uso no contemplado del Ozempic:

  1. Mayor acceso al tratamiento: El uso fuera de lo indicado permite a los pacientes, en particular a los que luchan contra la obesidad, acceder a un tratamiento que puede mejorar significativamente su calidad de vida.
  2. Eficiencia de costes: Si el Ozempic puede tratar eficazmente múltiples afecciones, tiene el potencial de reducir los costes sanitarios a largo plazo al abordar precozmente los problemas de salud asociados.
  3. Opciones fundamentadas y basadas en la investigación: La prescripción fuera de indicación suele derivarse de la investigación científica emergente, lo que permite a los pacientes beneficiarse de las últimas innovaciones en medicina.
  4. Autonomía del paciente: Los pacientes deben tener derecho a tomar decisiones informadas sobre su atención sanitaria, incluido el uso de medicamentos para afecciones no aprobadas.

El verdadero problema: Prácticas farmacéuticas de fijación de precios

En lugar de centrarnos únicamente en el uso no indicado del Ozempic, deberíamos abordar las estrategias farmacéuticas de fijación de precios que hacen que los medicamentos que salvan vidas sean inasequibles para muchos:

  1. Recargos exorbitantes: La 18,0001Margen TTP3T entre los costes de producción (por debajo de $5) y los precios de catálogo en EE.UU. ($936) es un importante motivo de preocupación¹.
  2. Disparidades globales de precios: Las enormes diferencias entre los precios estadounidenses y los internacionales subrayan la necesidad de una fijación de precios más equitativa en todo el mundo.
  3. Falta de poder de negociación: A diferencia de muchos otros países, las entidades gubernamentales estadounidenses tienen una capacidad limitada para negociar los precios de los medicamentos².
  4. Impacto en los sistemas sanitarios: Los elevados precios de los medicamentos ejercen una presión considerable sobre los sistemas de seguros, restringiendo el acceso a medicamentos necesarios tanto para usos no aprobados como aprobados.

Soluciones para un mejor acceso

Para hacer Ozempic y medicamentos similares más accesibles, se debe dar prioridad a las siguientes medidas:

  1. Políticas de negociación de precios: La promulgación de leyes que faculten al gobierno estadounidense para negociar los precios de los medicamentos propiciará un acceso más equitativo.
  2. Precios transparentes: Las empresas farmacéuticas deberían estar obligadas a revelar sus modelos de fijación de precios para evitar sobreprecios injustificables.
  3. Colaboración internacional: Los países deben trabajar juntos para crear estrategias de precios coherentes y justos para los medicamentos esenciales.
  4. Incentivos a la investigación: El desarrollo de nuevos modelos de incentivos para la innovación farmacéutica -sin depender de precios inflados- apoyará prácticas sanitarias sostenibles.

Dado que incluso en los países en los que Ozempic es mucho más barato que en EE.UU., el coste de fabricación de un suministro para un mes sigue siendo de alrededor de 1,5 millones de euros, el coste de fabricación de un suministro para un mes sigue siendo de alrededor de 1,5 millones de euros. 20 veces inferior que los precios de venta al público, los pacientes deben rechazar la idea de que no son merecedores de Ozempic simplemente porque su enfermedad beneficia menos que a quienes se considera que "realmente lo necesitan". En realidad, el medicamento es lo bastante asequible como para ser accesible a todos los pacientes. La sociedad debe cambiar la conversación y pasar de quitar el medicamento a los diabéticos a exigir que se ponga abundantemente a disposición del público a un precio justo y razonable.

Conclusión

El uso no contemplado del Ozempic no es el principal problema ético, sino las prácticas farmacéuticas de fijación de precios, que están haciendo que medicamentos cruciales sean inaccesibles para muchos. Si abordamos estos problemas fundamentales, podremos crear un sistema sanitario más justo y transparente que beneficie a todos los pacientes, independientemente de su estado de salud o ubicación geográfica.

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