Uno de los peores temores de cualquier padre es que a su hijo le diagnostiquen una enfermedad grave. enfermedades crónicas como la diabetes. Este diagnóstico puede ser realmente desgarrador, pero las emociones iniciales son sólo el principio. Los padres deben aceptar esta realidad y asumir una responsabilidad aún mayor que la ya inmensa tarea de criar a un hijo.
Gestión del diagnóstico
Como adulto, la mejor manera de manejar las malas noticias es afrontarlas de frente, comprender la verdad y tomar las mejores medidas posibles. Sin embargo, con un niño, especialmente uno de tan sólo 12 años, este enfoque puede ser demasiado duro. Los padres deben aceptar el trabajo extra y la carga emocional para que la vida de su hijo sea lo más normal y saludable posible. A medida que el niño se acerca a la edad adulta, hay que enseñarle a gestionar su enfermedad con eficacia.
Apoyo familiar y cambios en la dieta
Un paso crucial para las familias es apoyar al niño adoptando una dieta para diabéticos ellos mismos. Esto significa que todos los miembros de la familia deben comer como si fueran diabéticos. Una intervención eficaz es dieta baja en carbohidratoscomo el dieta cetogénica. Esta dieta ayuda a que los niveles de glucosa en sangre sean más predecibles, lo que simplifica el cálculo de la dosis de insulina. Al eliminar el azúcar de la dieta como variable, los padres pueden mantener los niveles de glucemia de sus hijos dentro de un intervalo objetivo de 90-110 mg/dL.
Carga psicológica durante la adolescencia
El impacto psicológico de la diabetes suele intensificarse durante la adolescencia. Los adolescentes, que están en la transición a la edad adulta, pueden rebelarse contra la enfermedad y luchar por sentirse normales. La visibilidad de medirse la glucosa e inyectarse insulina puede hacerles sentir débiles o biológicamente inferiores. No es raro que los estudiantes de secundaria se salten las inyecciones de insulina, alegando que han superado la diabetes. Desgraciadamente, esto puede conducir a graves cetoacidosis diabética (CAD)hospitalización y daños biológicos duraderos.
Prevención de resultados graves
Trágicamente, muchos adolescentes acaban gravemente enfermos en la UCI debido a una CAD grave por apatía o rebeldía. Algunos pueden incluso intentar suicidarse, incapaces de soportar la carga de su enfermedad. A menudo se trata de niños de buen corazón que no quieren verse definidos por la diabetes e intentan ignorar su enfermedad. Un solo episodio grave de CAD puede causar daños permanentes en órganos y cerebro, e incluso los episodios leves de CAD pueden tener consecuencias duraderas para la salud.
La importancia de la atención a la salud mental
El control adecuado de la diabetes requiere una atención, un seguimiento y una planificación diligentes, lo que exige un estado mental estable. Para ello, en el momento del diagnóstico debe iniciarse la psicoterapia y la farmacoterapia a largo plazo con ISRS, como la sertralina, aunque no haya problemas psiquiátricos en ese momento. Inicio de tratamiento de salud mental temprana puede prevenir la apatía o la rebelión durante la adolescencia. El estrés psicológico de la diabetes requiere un tratamiento permanente, pero los niños son especialmente vulnerables a los resultados catastróficos.
Comprender las enfermedades crónicas y la salud mental
Los padres no deben sentirse fracasados. Las enfermedades crónicas como la diabetes o la esclerosis múltiple causan inflamación crónica, lo que provoca una distimia explicada biológicamente. Para las personas sin enfermedades crónicas, la disminución del bienestar experimentada durante la gripe se debe a las moléculas inflamatorias. Los individuos con enfermedades crónicas se sienten así todo el tiempo debido a unos niveles basales más altos de citoquinas inflamatorias. Por lo tanto, el uso de antidepresivos debe considerarse como un restablecimiento de la neuroquímica normal, no como un signo de debilidad.
Conclusión
A diagnóstico de diabetes en la infancia conlleva inmensos retos, tanto físicos como psicológicos. Los padres pueden ayudar a sus hijos a controlar la diabetes con eficacia si les ayudan a hacer cambios en la dieta, les prestan atención psicológica precoz y comprenden las repercusiones biológicas de la enfermedad crónica. Este enfoque proactivo puede prevenir complicaciones graves y ayudar a los niños a llevar vidas más sanas y plenas.