En la sociedad actual está muy extendida la idea de que todo lo bueno debe conseguirse por las malas, de forma honesta, o de lo contrario no cuenta. Esta idea, aunque noble en su intención, es errónea. Sugiere que pedir ayuda te hace "inferior" de alguna manera, lo que en última instancia es irracional. Esta mentalidad puede ser especialmente perjudicial cuando se trata de tratamiento de la salud mental o la obesidad.

Considere estas afirmaciones comunes: "Mi hermana depende de los antidepresivos para pasar el día". "Mi compañera de trabajo Anna es con Ozempic como un atajo para perder peso en lugar de comer más sano y hacer más ejercicio". Estos comentarios reflejan una actitud crítica hacia las personas que buscan ayuda médica.

Cuestionar los conceptos erróneos

Tomemos el caso de Anna. Supongamos, a modo de argumento, que no necesitaría intervención farmacológica si tomara decisiones más saludables. Aunque esto fuera cierto, es más importante apoyar cualquier cosa que ayude a Anna a perder peso y estar más sana. Algunos podrían argumentar: "Si no está dando lo mejor de sí misma, ¿por qué merece estar sana?". Esta perspectiva ignora el hecho de que todos utilizamos las comodidades modernas para mejorar nuestras vidas. ¿Por qué los medicamentos para adelgazar deberían recibir un trato diferente?

Una respuesta racional

Si Anna se enfrenta a comentarios críticos, una respuesta sensata sería: "Es estupendo que tu situación vital y tu genética te hayan facilitado el control del peso. Por favor, apóyame en mi viaje para encontrar una solución que funcione para mí". La ciencia demuestra que tanto los genes como el entorno desempeñan un papel importante en el control del peso. Por ejemplo, los hijos de padres obesos tienen más probabilidades de tener problemas de peso, incluso con regímenes de dieta y ejercicio idénticos, que los hijos de padres con una masa corporal normal.

La importancia de la empatía y la comprensión

Esta comprensión pone de relieve por qué debemos evitar juzgar a los demás. Si otra persona tuviera la misma genética y el mismo entorno, probablemente se enfrentaría a retos similares. Nuestro objetivo debe ser ayudar a todos a prosperar, en lugar de juzgarlos.

Conclusiones: Adoptar los avances médicos

Dado que no todo el mundo empieza la vida en igualdad de condiciones y que la mejora de la salud de la población debe ser una prioridad, medicamentos para adelgazar debe considerarse un avance social. La gente debería sentirse cómoda diciendo: "las pastillas pueden ser la respuesta adecuada para mí". Éste puede ser un concepto difícil, especialmente en culturas donde la salud mental y la intervención médica son tabú.

Reflexiones finales

Es esencial atenerse a los hechos y no a generalizaciones como "las pastillas sólo alivian los síntomas en lugar de curar la causa subyacente". El pensamiento racional dicta que un poco de ayuda siempre es mejor que nada. Por ejemplo, si un familiar aconseja a una persona obesa que coma más sano y haga más ejercicio, pero está en contra de los medicamentos, debería reconsiderarlo. ¿Por qué no aprovechar todas las herramientas disponibles -farmacología, dieta y ejercicio- para obtener el mejor resultado?

Al cuestionar el estigma que rodea a los medicamentos para adelgazar, podemos promover un enfoque más compasivo y racional de la salud y el bienestar.