Problemas óseos asociados a la diabetes
Al igual que otras enfermedades, la diabetes puede causar muchas complicaciones de salud. Una de ellas afecta a nuestros huesos. ¿Cómo varían niveles de azúcar en sangre ¿provocar una serie de afecciones óseas y articulares? Siga leyendo para saber más.
La incapacidad para gestionar y controlar la diabetes puede dar lugar a diferentes trastornos médicos, y nuestro sistema esquelético no es una excepción. Las personas diagnosticadas de hiperglucemia corren un mayor riesgo de padecer diversos trastornos óseos, siendo la osteoporosis uno de los casos más comunes.
La razón principal del desarrollo de estos trastornos óseos es la diabetes no controlada. Considere lo siguiente:
- Los picos recurrentes en los niveles de azúcar en sangre pueden impedir que determinadas células construyan y produzcan huesos fuertes.
- El daño renal diabético, que también es una complicación de la diabetes, puede provocar la pérdida de calcio. Tenga en cuenta que el calcio es necesario para tener huesos fuertes. Sin él, los huesos pueden volverse débiles y quebradizos.
- Algunos medicamentos para la diabetes, especialmente los comprimidos orales, tienen como efecto secundario la pérdida de masa ósea.
- Otras complicaciones relacionadas con la diabetes, como las lesiones nerviosas y la mala visión, pueden provocar accidentes y fracturas óseas.
- Además de los huesos, las articulaciones también se ven afectadas debido al daño nervioso diabético.
A continuación figura la lista de problemas óseos asociados a la diabetes:
Osteoporosis - Esta afección es la más común en personas con niveles variables de azúcar en sangre. Aunque suele diagnosticarse en personas mayores, esta afección puede afectar a cualquier persona con diabetes. Debilita los huesos, lo que aumenta la propensión a la rotura ósea y las fracturas. Puede tratarse con un aporte abundante de calcio y vitamina D.
Osteoartritis - Conocido como inflamación de las articulaciones, este trastorno se refiere a la degradación del cartílago articular. Puede afectar a cualquier articulación del cuerpo. Las personas que padecen diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo de desarrollar artrosis en etapas posteriores de su vida. Sus síntomas son pérdida de movimiento y flexibilidad, hinchazón y dolor articular. Su principal tratamiento consiste en realizar actividades físicas regulares, mantener un peso corporal saludable y reducir el estrés corporal.
Articulación de Charcot - También conocida como artropatía neuropática, esta enfermedad se produce cuando una articulación deja de funcionar debido a una lesión nerviosa. Suele producirse en los pies. Sus síntomas incluyen entumecimiento en los pies, pérdida de sensibilidad, articulaciones hinchadas y sensación de hormigueo. Si esta afección se detecta a tiempo, los síntomas pueden aliviarse mediante un control adecuado de la diabetes. Además, se pueden utilizar soportes ortopédicos para ayudar a la articulación afectada.
Hombro congelado - Esta afección se refiere a la limitación de la amplitud de movimiento y la movilidad del hombro. Puede ser dolorosa y causar sensibilidad en el hombro. Su tratamiento principal consiste en terapia, pero su profesional sanitario puede administrarle inyecciones de glucocorticoides para aliviar los síntomas.
DISH - DISH son las siglas de Hiperostosis Esquelética Idiopática Difusa. También se conoce como enfermedad de Forestier. Esta enfermedad se refiere al endurecimiento de los ligamentos y tendones, que afecta a la columna vertebral. Puede provocar dolor intenso y rigidez en la espalda. Para tratarla, los médicos recomiendan analgésicos como Advil y Tylenol.
Contractura de Dupuytren - Esta afección se refiere a la deformidad de la mano. Dobla uno o más dedos hacia la palma. La contractura de Dupuytren se debe a la cicatrización y engrosamiento de los tejidos conjuntivos de la mano, especialmente la palma y los dedos. Su tratamiento incluye una inyección de esteroides para reducir la inflamación.
Para llevar
Puede prevenir fácilmente las complicaciones de la diabetes, como los problemas óseos y articulares, con un control correcto de la glucemia. Puede seguir ciertas rutinas para asegurarse de que su enfermedad está adecuadamente controlada. Son las siguientes:
- Tomar medicamentos orales para la diabetes o inyectarse insulina con regularidad.
- Seguir una dieta sana y equilibrada.
- Hacer ejercicio con regularidad.
- Visitar al profesional sanitario para revisiones frecuentes.
Todas estas prácticas son necesarias para garantizar una buena gestión de su salud y prevenir la aparición de problemas médicos que empeoren su estado.